El sentido del olfato está de moda.  La recepción, el septiembre pasado del premio Nobel de Medicina  por los biólogos estadounidenses Richard Axel y Linda Buck ha vuelto a poner de actualidad la complejidad y la importancia del sentido del olfato.  No solamente se utiliza para distinguir la composición de los alimentos sino que nos vale para detectar riesgos para nuestra vida e incluso participa en la elección de pareja y la vida sexual.

Estos investigadores han comprobado que existen más de 1000 genes (el 3% del total del genoma humano) que se encargan de fabricar 1000 proteínas receptoras distintas que están en las células de la pituitaria, en la parte más alta de las fosas nasales. Lo curioso es que cada célula solo tiene un tipo de receptor, y que esté donde esté manda la información al mismo tipo de neurona dentro del bulbo olfatorio. Las distintas combinaciones de activación de receptores nos permiten percibir cerca de 10000 olores diferentes. También han comprobado que los receptores para la feromonas (sustancias de atracción sexual entre miembros de la misma especie) también están en la nariz y son fabricados por genes muy similares a los del olfato.

Múltiples problemas pueden disminuir o anular el sentido del olfato. Desde las desviaciones del tabique nasal, inflamaciones de los senos paranasales  o la presencia de pólipos nasales pueden ser responsables de esto. Todas esto se puede corregir con tratamientos otorrinolaringológicos, médicos o quirúrgicos.  Además el sentido del olfato es el único que tiene células receptoras capaces de regenerarse y en ocasiones después de su pérdida temporal puede recuperarse de nuevo.